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Narra Helena
No sé porqué Harry le había dicho al taxista que nos llevara
a Cheshire si habíamos quedado con los demás en ir a casa de las chicas. El
caso es que, en el trayecto me debí de quedar dormida, iba en la parte
delantera del taxi y el taxista era un viejo aburrido que no abrió la boca en
todo el viaje. Antes de dormirme, recuerdo haber mirado por el retrovisor y ver
a Harry mirando pensativo por la ventana mientras Marta no dejaba de juguetear
con Zayn. La verdad es que creo que Marta debería tener bastante claro que
estaba con Harry y, con todo lo que había pasado, lo que menos debía hacer, era
tontear con Zayn y menos, con Harry al lado.
Me desperté sobresaltada cuando el taxi frenó en seco justo
delante del portal de Harry. Miré el reloj. Las 6.30. Ya estaba amaneciendo y
lo que menos me apetecía después de haber venido dormida durante más de la
mitad del trayecto, era seguir con la fiesta, aunque fuéremos 4. Miré a los
chicos cuando el taxista me reclamó el dinero. El panorama era graciosísimo;
Harry dormido apoyado en el cristal, Marta dormida con la boca abierta apoyada
en el hombro de Harry y las piernas encima del pobre Zayn, que estaba ahí
monísimo dormidito en el pequeño hueco que le dejaba Marta con la cabeza
apoyada en la ventanilla.
Debían de estar muy profundamente dormidos si no se habían
sobresaltado con el frenazo y con el vozarrón del taxista diciéndome que ya
habíamos llegado. Pagué y les abrí la puerta de atrás mientras les grité para
que se despertaran. Fue muy gracioso ese momento; a Zayn se le cayó la cabeza y
del susto que se metió, despertó a Harry y a Marta. Marta, como siempre, se despertó
gritando, dando la nota.
Narra Marta
Que cabrona era Helena! Menudo susto me pegué por su culpa!
Bueno, la verdad es que me reí bastante, porque el momento
había estado bien. Entramos en la casa, que estaba helada y yo, sin preguntar a
nadie, puse la calefacción. Helena y yo no sentamos en el sofá con una manta
encima, parecíamos unas abuelitas. Para nuestra sorpresa, los chicos hicieron
lo mismo. Nos quedamos sentados ahí los cuatro apretados, dándonos calor un
buen rato. Yo me dormí en seguida porque sinceramente la programación que
echaban era basura y nadie tenía ganas de hablar. Cuando me desperté repentinamente, seguíamos
exactamente igual. Noté que vibraba el móvil de Helena en la mesa y lo cogí.
-¿Si?-dije algo dormida.
-¿Marta? ¿Dónde estáis? Te he llamado unas veinte veces, a
ti y a los chicos y ahora, os dignáis a contestar-dijo Lidia preocupada.
-Lo siento, esque estábamos dormidos y mi móvil creo que no
tiene batería…
-Bueno vale, solo era para ver que estabais bien.
-Sí, sí, estamos bien. Venga pesada, te dejo que quiero
dormir.
Cuando colgué, me di cuenta que había despertado a todos que
me miraban con cara de cansancio.
-Joder, Marta, podías haber gritado un poco menos-dijo Helena.
-Lo siento…era Lidia, nos han llamado a todos muchas veces y
les hemos ignorado y por eso llamaban. Ellos deben de seguir en nuestra casa.
Miré el móvil y ya eran las dos de la tarde. Nos habíamos
tirado casi ocho horas ahí sentados, durmiendo. No me extrañaba nada que
estuvieran preocupados.
-¿Vamos a hacer algo especial hoy?-dijo Harry estirándose.
-Yo sí!-dijo Zayn entusiasmado mientras me miraba.
Helena y Harry nos miraron extrañados ya que no se olían
nada de lo que Zayn le quería hacer a Helena.
-Podíamos ir de compras-dije interrumpiendo ese extraño
momento.
-Por mí genial-dijo Helena.
Picamos algo de comer, ya que estando de resaca, lo último
que nos apetecía hacer, era comer demasiado. Luego, llamamos a los demás y
quedamos en ir al centro de tiendas.
Se esperaba una buena tarde. O eso creíamos todos.
CAPÍTULO 42
Narra Liam
El centro estaba lleno de gente. Había muchas personas que
se nos quedaban mirando atónitos como diciendo ‘Yo os conozco de algo’ y
nuestro único remedio era saludar. Al ir todos juntos, llevábamos cuatro guardaespaldas
que no permitían, como siempre, que nadie se acercara y, la verdad es que a veces
me dolía ver a chicas llorando.
Fuimos al centro comercial y la verdad es que también estaba
llenísimo de gente. No teníamos pensado ir a un sitio en especial, pero como
sabíamos que las chicas se pegarían la tarde de tienda en tienda probándose
ropa, decidimos separarnos; los chicos por un lado y las chicas por otro.
Zayn nos contó lo de Helena y que quería sorprenderla de
alguna manera y a la vez agradecerle que le cuidase y, al estar Jorge, fue más fácil
de lo que esperamos.
Narra Sara
Nos separamos de los chicos, ellos querían ir a su bola y
nosotras a la nuestra. Los guardaespaldas finalmente se fueron ellos, nosotras
queríamos ir a nuestro royo,
Arrasamos con todo, había mucho que no teníamos una tarde de
chicas comprando. Al cabo de casi dos horas sin parar de andar de tienda en
tienda, decidimos descansar y tomarnos algo. Mientras Lidia, Helena y yo fuimos
a coger mesa, Marta aprovechó para ir al baño.
Cuando pasaron unos diez minutos y Marta no venía, nos
empezamos a preguntar si le habría ocurrido algo, pero preferimos pensar que se
habría encontrado con algún grupo de fans, como nos había pasado durante la
tarde. Cuando ya vimos que no venía, Helena y Lidia se acercaron al baño y como
tampoco venían, acabé yendo yo.
Dios mío! ¿Pero qué estaba pasando? En la entrada había unas
seis chicas de espaldas a la puerta de entrada medio gritando, me colé entre
ellas y vi que en frente estaban las chicas ayudando a Marta que estaba tendida
en el suelo mientras le sangraba la nariz y tenía un corte en el labio inferior.
En cuanto Helena me vio, se quitó la chaqueta mientras se
levantaba mirando a las chicas esas y yo, que ya me imaginaba que podía haber
pasado, hice exactamente lo mismo.
-A ver chulitas, a ver si os atreves a darnos a nosotras
también-les dijo Helena.
-Ay no Helena! Que ahora como estamos nosotras, no se
atreven. Son unas cobardes, no hace falta más que verles la cara…-dije
irónicamente.
-Se lo tiene bien merecido, esta zorra no tiene por qué
estar con Harry-dijo una de las chicas.
Marta hizo el amago de levantarse pero Lidia se lo impidió.
-Mirar chicas, va a ser mejor que os vayáis si no queréis
acabar mal-dije.
-Nosotras no nos vamos, este no es vuestro baño. Venga,
¿dónde están vuestros novios para defenderos? ¿Eh? Ah no, que igual se han ido
con otras mejores que vosotras, ¿te suena de algo Marta? Porque creo que Harry
hizo algo parecido hace un tiempo, ¿no? Eso demuestra que no te quiere, y que
tú no te lo mereces…
Me estaban hartando, la verdad es que Helena estaba a punto
de lanzarse y a mí, me faltaba poco.
-A ver maduritas, es la última vez que os lo decimos. Acabáis
de pegar a nuestra mejor amiga, muy valientes cuando erais seis contra una, y
ahora ¿qué? ¿Nos tenéis miedo? Nosotras no necesitamos a “nuestros novios” para
que nos defiendan, podemos hacerlo nosotras solitas. Y estoy muy harta, como me
hinchéis más las narices, vais a acabar mal, así que os conviene iros marchando…
¡YA!
Cada vez que Helena avanzaba un paso, las seis retrocedían,
finalmente, sin decir nada, se fueron dando resoplidos, menos mal.
Narra Helena
Las habíamos echado y la verdad es que no me sentía nada a
gusto con esa escena; Marta tirada en el silero sangrando y Lidia intentando
ayudarle. Lo peor es que no habíamos podido hacer nada para impedirlo.
Llamé a Zayn y le dije que vinieran corriendo a los baños de
la segunda planta. A los cinco minutos los vi corriendo hacia mí y les indiqué
que entraran.
Marta ya se había levantado y estaba intentando tapar con
maquillaje los rasguños. Harry fue corriendo hacia ella.
-Pero ¿qué ha pasado?
Marta rompió a llorar en los brazos de Harry. Nosotras no
habíamos estado en el momento, pero se lo explicamos a los chicos. Más tarde, Marta
nos lo contaría bien.
Yo también empecé a llorar de rabia. Jorge, me abrazó, era
mi hermano y sabia cuanto quería a Marta y que yo, siempre había estado a su
lado para defenderla. Tras este mal episodio, después de haber pasado un día
genial, nos fuimos tristes a casa, pero lo peor estaba por venir.